Mini Marcelino: El utilitario de la juventud

La motocicleta “Mini Marcelino”, nacida hace más de 50 años, se trata de una minimoto plegable, de origen italiano, fabricada en su primer modelo entre 1967 y 1969, de 47,6 centímetros cúbicos, que sería presentada este mismo año de su creación en los salones de Motos de Milán como Mini Marcellino. De 1969 a 1972 se fabricó en España, según las crónicas, con motor Ducati, a cargo de la firma Mototrans, cuyos primeros modelos se asomaron a la calle en 1969-1970. Llevaba bastidor rígido y sin suspensión trasera, frenos de disco, faro rectangular, pesando solamente 28 kilos, que arrancaba con tres cuartos de vueltas de pedal.

La publicidad original decía: “Pequeño por su tamaño, y grande por su utilidad”

La segunda serie sería presentada en 1971, en Barcelona, fabricándose entre 1971-1972, siendo conocida como Mini Marcelino Súper. Se le incorporó suspensión trasera con amortiguación, bastidor más reforzado, faro redondo con mayor potencia de luz, mejorándosele el escape en el lateral izquierdo, protegido con parrilla para evitar posibles lesiones por elevada temperatura. Su peso se le aumentó en 2 kilos, saliendo al mercado a un precio de 13.000 pesetas. Este modelo lo fabricó en Sagunto la firma industrial Talleres Dismave, S.L., no necesitando ni matrícula, ni carnet. Llama la atención, en cuanto a su lanzamiento al mercado, la asignación que asumió, ya que se rifaban en tómbolas, salones de espectáculos, ferias y entidades altruistas. En el capítulo de curiosidades procede apuntar que comenzó su creación con arranque “a cuerda”, pudiéndose transportar en una bolsa adaptada, ideal para cargarla en el coche y llevarla de vacaciones. El motor Ducati que en principio fabricaría Mototrans, ya no arrancaba “a cuerda”, sino con vueltas de pedal. En ciertas zonas españolas la denominación de motocicleta sería sustituida, a manera de toponimia, por la de “amotillo”.

Este aparato utilitario tuvo competidores tales como Montesa o Bultaco, e, incluso, Ducati sacó dos modelos más, como la Mini 2 o la Mini 3. Con la Mini Marcelino Súper el modelo se españoliza al apeársele una L, que deja de ser doble. El motor pasa de 1,8 CV a 2,2 CV, elevando su peso a 30 kilos. Sus ventas duran hasta 1973, teniendo un final casi íntegramente “de circo”: charlotadas, cabalgatas y carruseles ambulantes de ferias, los conocidos “cacharritos”.

Francisco Glez. Del Piñal Jurado